Convivencia católica en Simiatug promueve la cultura Kichwa, la espiritualidad y el rol de la mujer
El 14 de diciembre se celebró el tercer Encuentro de Convivencia Católica en la comunidad indígena de Pimbalo, parroquia Simiatug. Este evento, que antes era solo de coros, creció y este año participaron los grupos juveniles de las parroquias de Simiatug y Salinas. Más de 500 personas de distintas provincias llegaron a este encuentro, lo que superó nuestras expectativas. Fue un verdadero reflejo de la Iglesia en salida, una iglesia con los pobres, una iglesia con rostro propio como nos invita el Papa Francisco.
Agradecemos a los párrocos que trabajan en las comunidades indígenas de la ciudad de Ambato por su apoyo a los coros.
Un momento especial fue la participación de las mujeres de Otavalo, que compartieron la Palabra de Dios, invitando a las mujeres indígenas a no tener miedo. Ellas viajaron desde Imbabura hasta Bolívar para compartir la fe, cantando y proclamando el mensaje de Dios. ¡Cuando hay fe, la distancia no es una excusa!
La comunidad de Pímbalo, con un gran corazón, sacrificó una vaca y un chancho, ofreciendo desayuno, refrigerio y almuerzo para todos los asistentes. Además, toda la comunidad se sumó con responsabilidades: unos en la cocina, otros recibiendo a los asistentes, otros en la limpieza, y otros sirviendo los alimentos. Las autoridades de la comunidad estuvieron muy atentas y colaboraron activamente.
Un valor hermoso que se destacó fue el de Randi Randi, donde los coros trajeron algo para la comunidad, como quintales de fideos, pan y galletas. ¡Gracias a la generosidad de todos, incluso sobró comida!
En este encuentro, todos cantaron en kichwa, reflexionaron en este idioma e incluso celebraron una Misa inculturada con símbolos indígenas, como la chakana. Además, los jóvenes de las parroquias Simiatug y Salinas, vestidos con sus trajes típicos, también danzaron para Dios.
Este evento no solo fue un encuentro de coros, sino un verdadero espacio de encuentro sinodal, donde la mujer indígena fue protagonista en la enseñanza, organización y liderazgo.
Agradecemos a todos los que hicieron posible este evento, y sigamos luchando por una Iglesia inclusiva que valore la riqueza cultural y espiritual de nuestras comunidades.
P. Jaime Pastuña
Comunidad Simiatug