Jóvenes misioneros en salida: la alegría de compartir el evangelio
En la víspera de la Jornada Mundial de la Juventud del año pasado, el Papa, en un diálogo con los jóvenes, les recordó que «la alegría es misionera, no es para uno mismo, sino para llevar algo a los demás». Esta invitación de una Iglesia en salida es asumida por la juventud de diversos ambientes de nuestra Inspectoría, provenientes de Oratorios, Escuelas, Educación Superior, Parroquias y Santuarios. A lo largo del año, se preparan continuamente para una de las experiencias más significativas que realizan: las misiones durante la Semana Santa.
Los grupos misioneros de nuestra Inspectoría partieron, algunos ya desde el Domingo de Ramos, hacia las comunidades de destino. Acompañados por educadores, catequistas, salesianos e incluso padres de familia, llevaron a cabo su labor en diferentes lugares. Por ejemplo, en Simiatug, aproximadamente 150 jóvenes misioneros de Quito y Riobamba, provenientes de Centros Escolares Salesianos (CES) y oratorios llevaron a cabo su misión en las comunidades de Simiatug, Facundo Vela y Salinas.
La UE Don Bosco La Tola llegó con una misión específica, trayendo consigo 22 baldes de pintura y material para el mantenimiento de las capillas. En cada comunidad, la gente se unió a los misioneros para limpiar y pintar los espacios sagrados.
Grupos de la UE Don Bosco Kennedy llegaron con útiles escolares y donaciones para niños de las comunidades. Otros grupos de la UE Santo Tomás Apóstol de Riobamba llevaron donaciones de ropa y compartieron momentos de convivencia con la población. Además, un grupo de pre-voluntarios partió junto al padre Fausto Siavichay a las comunidades de Facundo Vela. Asímismo, los misioneros de la UE Cardenal Spellman se dirigieron a las comunidades de Salinas, donde colaboraron en las actividades diarias y en trabajos agrícolas.
Durante su estadía, los misioneros compartieron alimentos, participaron en ritos indígenas y celebraron liturgias junto a la comunidad. En cada lugar, se desarrollaron animaciones, liturgias y celebraciones del triduo pascual junto a la comunidad. Es importante destacar que la comunidad agradeció enormemente esta experiencia, reconociendo que en algunas comunidades era la primera vez en más de 5 años que recibían la visita de misioneros durante la Semana Mayor.
El padre Jaime Pastuña, comparte el sentir de la comunidad salesiana, expresó una alegría por el apoyo y por el identificarnos con la misión de Don Bosco y Jesús. Además, reconoció que ha sido bonito ver que los docentes acompañan la misión junto a los niños y la comunidad. Agregó que es importante, para los lugares de misión, el «sentirnos acompañados, sentir el abrazo de los jóvenes» y que «la gente quiere escuchar la palabra de Dios, quiere escuchar a los jóvenes, está entusiasmada por ver qué palabra compartirán con ellos».
El sentir de los jóvenes misioneros
En las evaluaciones al terminar la experiencia, los miembros de los grupos demostraron alegría y satisfacción, a pesar del evidente cansancio de todos los chicos. Para Jorge Luis Guadamud, docente de la UE Cardenal Spellman, los jóvenes vivieron una experiencia muy significativa, aunque diferente para cada uno. Algunos reconocieron que descubrieron un estilo de vida diferente al tradicional por primera vez, lo que les permitió valorar una cultura distinta y apreciar también lo que normalmente tienen, entendiendo la importancia de ponerlo al servicio del prójimo.
Asimismo, otro grupo misionero, de la UE Don Bosco La Tola, brindó apoyo en la comunidad de Pintag en Quito, donde ayudaron a adultos mayores y personas con enfermedades confinadas en sus hogares. Margarita Benavides, comunicadora de la institución, afirma que los jóvenes asumieron una experiencia que estrechó lazos de fraternidad y solidaridad entre el grupo misionero y la comunidad local, permitiéndoles una nueva perspectiva de fe y hospitalidad en momentos de necesidad.
Por otro lado, en las misiones de la Amazonía, como Bomboiza, recibieron la visita de grupos provenientes del Agronómico Salesiano de Paute, del Técnico Salesiano de Cuenca y también de los jóvenes misioneros de la Universidad Politécnica Salesiana. Estos últimos también llevaron a cabo su labor en comunidades como Valdivia en Santa Elena, San Fernando en la Provincia de Bolívar y Cascol en Manabí. Además, es relevante mencionar la presencia de grupos de los misioneros más pequeños, como el grupo de infancia misionera del campus Carlos Crespi en la ciudad de Cuenca, quienes participaron en actividades pastorales en barrios populares de la ciudad.
Sin excepción, todas las parroquias, oratorios, CES y otros ambientes de nuestra Inspectoría llevaron a cabo esta valiosa misión, en respuesta al llamado del Papa y con el carisma que los caracteriza. Juntos han llevado la alegría del Evangelio al estilo de Don Bosco. Es vital que desde los más pequeños hasta los más grandes, realicen un amplio discernimiento que les permita valorar estas experiencias en sus vidas y asumir compromisos más allá de esta Semana Santa. Todos estos grupos tienen como objetivo que estas misiones ayuden a encontrarnos como una Iglesia sinodal que parte hacia donde el Señor nos necesita.
Marco Padilla
Oficina Salesiana de Comunicación