Superando adversidades: La historia de Sandra
En la ciudad de Esmeraldas, la vida de Sandra, una adolescente que en febrero cumplirá 15 años, se teje entre las complejidades de un entorno marcado por desafíos educativos y sociales. Su historia no solo refleja su propia resiliencia, sino también la cruda realidad que enfrentan muchos jóvenes en una provincia donde la tasa de abandono escolar es la segunda más alta del país, según datos del Ministerio de Educación.
La historia de vida Sandra no ha sido fácil. Ella es huérfana y vive con su abuelita Julia Guerrero en una pequeña casa de caña en la vía a Atacames. Hasta noviembre del 2023, ellas vivían en el barrio 5 de junio, uno de los sectores más peligrosos de toda la ciudad. Tras recibir amenazas de muerte por grupos delictivos que operan en el lugar, tuvieron que buscar un nuevo lugar para vivir.
Al entrar a su hogar se pueden palpar las necesidades que atraviesan, pues su único ingreso es la ayuda económica que reciben por parte de los tíos de Sandra. Ese dinero les permite cubrir las necesidades más básicas. Con su voz entrecortada, la abuelita de Sandra menciona que nadie le da trabajo por ser de la tercera edad. Ella trabajó toda su vida como empleada doméstica, pero ahora nadie requiere de sus servicios.
A pesar de las adversidades, la señora Julia Guerrero nunca dejó de soñar con un futuro mejor para su nieta. Y la ayuda que tanto anhelaba llegó en el 2016, cuando Sandra ingresó a formar parte del Proyecto Salesiano Ecuador. Desde ese año, ella recibe los materiales escolares para sus estudios, asiste a clases de refuerzo escolar, accede a alimentación en el comedor, tiene acompañamiento psicológico y participa de los talleres que fomentan el buen uso del tiempo libre.
El cambio de Sandra es notorio, de ser una niña con baja autoestima y con dificultad para relacionarse con sus compañeros, ahora es una adolescente que disfruta estar en el patio con sus amigos y practicar uno de sus pasatiempos favoritos: el baile. Cuando ponen la marimba, ella contagia a la gente con su sonrisa y su desarrollo es una muestra de que la propuesta salesiana da sus frutos a pesar de las adversidades en que viven los jóvenes.
El contexto donde vive Sandra
En Esmeraldas, la tasa de abandono escolar se sitúa en 3,91, solo detrás de Morona Santiago que tiene una tasa de 4.61% y ocupa el primer lugar a nivel nacional. Esta estadística significa que cuatro de cada 100 estudiantes en esta provincia dejan sus estudios, superando el promedio nacional del 2%. Además, dos de cada 100 niños repiten cada ciclo escolar, conformando las cifras más altas en todo Ecuador.
La situación en Esmeraldas se ve agravada por un factor adicional: la deserción está directamente vinculada a los niveles de violencia. Niños, víctimas potenciales de bandas delincuenciales, abandonan las aulas por la búsqueda de un entorno más seguro. Diana Castellanos, subsecretaria de Innovación Educativa del Ministerio de Educación, señala otros motivos como el embarazo adolescente, la necesidad de trabajar y la percepción de que la formación académica no garantiza un mejor futuro.
El déficit del 67% en el acceso a agua potable y alcantarillado, junto con el racionamiento del agua, añade otro estrato de dificultad a la vida cotidiana en Esmeraldas. La falta de recursos básicos se entrelaza con la preocupante estadística de homicidios, especialmente entre niños y adolescentes, que ha experimentado un alarmante aumento del 640% en cuatro años, según el Fondo de Naciones para la Infancia (Unicef).
Ecuador se encuentra inmerso en una ola de violencia vinculada a grupos del crimen organizado y narcotráfico. El presidente Daniel Noboa ha declarado el estado de excepción y emprendido acciones enérgicas contra 22 bandas catalogadas como «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes». Esta situación ha llevado a un aumento preocupante en el reclutamiento forzado de adolescentes por parte de grupos armados, según el director regional de Unicef.
No solo la niñez se ve afectada; también preocupa el creciente número de personal médico, maestros y directores de escuelas amenazados, extorsionados y por grupos armados, lo que subraya la complejidad del entorno en el que viven jóvenes como Sandra.
La propuesta salesiana en una zona conflictiva
En medio de estos desafíos, la propuesta salesiana de atención a niñas, niños y jóvenes en Esmeraldas es un faro de esperanza que trabaja en la zona desde 1997. La Fundación Proyecto Salesiano procura centros de referencia escolar para acompañar en tareas escolares, entrega de material escolar y alimentación diaria.
Asimismo, ofrece espacios para el buen uso del tiempo libre, fomenta la práctica del fútbol como metodología para la promoción de valores, trabajo en equipo, disciplina y fomenta el asociacionismo juvenil a través de prácticas artistas. A través de la pedagogía de Don Bosco, se busca alejar a los jóvenes de situaciones de riesgo en las calles.
El Proyecto Salesiano en Ecuador atiende a más de 5000 niñas, niños y adolescentes en 7 ciudades del país y casos como el de Sandra nos recuerdan la importancia de seguir luchando por un entorno donde cada joven pueda alcanzar su máximo potencial, superando las adversidades que la vida les presenta y logren sus metas. A futuro, Sandra sueña con ingresar a la universidad y convertirse en maestra de escuela.
Fernanda Villavicencio OPD / Cristian Calderón OSC
Fecha: 2024-01-29