¡Educando con el ejemplo! El paso de los voluntarios Jhosué y Elkin por la Comunidad San Felipe Neri de Esmeraldas
En la Comunidad San Felipe Neri y la Fundación Proyecto Salesiano Costa Norte creemos que el agradecimiento es una semilla que se cultiva desde la infancia. Los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus familias, que hacen parte de nuestra comunidad, aprenden a reconocer y valorar el bien que otros hacen por ellos. Pero no solo agradecen, también sueñan con convertirse en quienes ayudan, en quienes dan, en quienes están para servir. Porque cuando nuestros beneficiarios ven el ejemplo de alguien que entrega su tiempo y su corazón al servicio de los demás, nace en él una chispa, un deseo de ser parte de esa misma transformación y descubren que ayudar a los demás también puede ser una vocación de vida.
Hoy nos despedimos de dos grandes referentes de ese servicio generoso: Jhosué Pasquel (Ibarra) y Elkin Guapulema (Cayambe), voluntarios que durante un año compartieron su vida con la comunidad San Felipe Neri y la Fundación Proyecto Salesiano Costa Norte. Lo hicieron con entrega, alegría, fe y, sobre todo, con una profunda vocación de servicio, convirtiéndose en referentes cercanos de solidaridad, empatía y compromiso.
Durante este tiempo, su presencia no solo alivió necesidades y acompañó procesos; también educó desde el ejemplo. En cada gesto de cercanía, en cada palabra alentadora, en cada juego compartido, en cada oración y acompañamiento espiritual, los niños y jóvenes vieron cómo es posible servir con amor, con dedicación y sin esperar nada a cambio. Y así, sin proponérselo, Jhosué y Elkin sembraron algo más profundo: la motivación de ser voluntarios, de querer dar a otros lo que ellos recibieron en las obras salesianas.
Nuestros voluntarios no solo fueron apoyo, guía y compañía, sino también educadores desde el testimonio, recordándonos que «la educación es cosa del corazón», como decía Don Bosco.
Mientras los despedimos, no solo agradecemos su labor, sino también celebramos el legado que dejan: un legado de esperanza, de fe en el otro, de trabajo silencioso, pero transformador. Agradecemos a Jhosué y Elkin por haber sido presencia viva de la espiritualidad salesiana, por haber animado con alegría el camino de muchos, y por demostrar con hechos que el amor verdadero se manifiesta en el servicio.
A ustedes, queridos voluntarios, gracias por enseñarnos que servir también es una forma de amar, y que el agradecimiento se cultiva mejor cuando se vive en comunidad. Que Dios y Don Bosco sigan guiando sus pasos y que allá donde vayan, sigan siendo luz y alegría para los demás.
¡Hasta pronto, Jhosué y Elkin! Aquí siempre tendrán un hogar y una comunidad que los recuerda con cariño.
Andrea Altafuya
Referente Local de Comunicación | Fundación Proyecto Salesiano Costa Norte