Agronómico Salesiano consagra a sus nuevos estudiantes y docentes a la Inmaculada Concepción

El lunes 8 de diciembre, en los patios, tanto del Campus Yugmacay como del campus Uzhupud, de la Unidad Educativa Agronómico Salesiano, se llevó a cabo la solemne misa de consagración de los niños y docentes que ingresan por primera vez a esta casa salesiana a la Virgen de la Inmaculada Concepción, una celebración profundamente significativa para toda la comunidad educativo-pastoral. La eucaristía fue presidida por el P. Franklin Arévalo, quien con un mensaje lleno de calidez invitó a estudiantes, docentes y familias a vivir con alegría el espíritu salesiano que caracteriza a esta obra. Durante la celebración se recordó con especial énfasis que esta fecha no solo honra la devoción a la Inmaculada Concepción, sino que también evoca un acontecimiento decisivo para la historia salesiana: el encuentro entre Don Bosco y Bartolomé Garelli, considerado el inicio del oratorio salesiano.

Este momento histórico, subrayado como una palabra clave en nuestra identidad, revive la experiencia de Don Bosco al acoger a Bartolomé, un joven que encontró en él apoyo, educación y cercanía afectiva. Este gesto sencillo marcó el nacimiento del oratorio, espacio donde los jóvenes se sintieron amados, acompañados y formados integralmente. Por esta razón, la misa en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción retoma ese espíritu fundacional al consagrar a quienes inician su camino en el Agronómico Salesiano, recordándoles que ingresan a una casa donde siempre encontrarán una familia que educa, guía y acompaña.

Además, el Padre Franklin destacó que Don Bosco fue devoto de la Inmaculada Concepción. De allí nace la tradición salesiana de consagrar a los nuevos estudiantes a la Virgen, como una forma de encomendar su crecimiento espiritual, académico y humano a su amor maternal. Esta tradición, que en todas las casas salesianas se vive con profundo respeto, afirma nuestro compromiso con una educación donde la fe, los valores y la fraternidad fortalecen la formación de cada niño y niña.

Durante la liturgia, se realizó la bendición de las medallas y estampas dedicadas a la Virgen, elementos simbólicos que representan protección, confianza y acompañamiento permanente. Posteriormente, los padres de familia colocaron las medallas a sus hijos, gesto que unió la dimensión espiritual con la vida familiar, fortaleciendo un vínculo que es esencial para el acompañamiento salesiano. Las familias participaron con emoción, demostrando que la espiritualidad compartida sigue siendo un pilar en el proceso formativo. En el campus Yugmacay fueron consagrados los niños de Inicial II junto a los nuevos estudiantes que se integran; por su parte en el campus Uzhupud, fueron consagrados los estudiantes de Octavo de igual manera, junto a los nuevos estudiantes; asimismo fueron consagrados los docentes que se integran por primera vez a laborar en el Agronómico Salesiano.

En este ambiente de recogimiento, la ceremonia se desarrolló con un profundo sentido de comunidad. Los niños y docentes que ingresan por primera vez a la institución fueron presentados y consagrados a la Virgen de la Inmaculada Concepción, gesto que simboliza su acogida oficial a la familia salesiana. Este momento, lleno de fe y ternura, recordó a toda la comunidad que el camino educativo se construye desde la espiritualidad, la confianza y el acompañamiento mutuo.

La celebración concluyó con un mensaje esperanzador del Padre Franklin, quien motivó a los presentes a mantener viva la devoción mariana y a vivir cada día el estilo pedagógico-pastoral heredado de Don Bosco. Asimismo, invitó a las familias a seguir caminando junto a sus hijos, recordando que la educación salesiana se fundamenta en la razón, religión y amor, valores clave que se reflejaron durante toda la jornada.

De este modo, la misa de consagración se convirtió en una experiencia que unió tradición, fe y educación, reafirmando el compromiso del Agronómico Salesiano de formar a sus estudiantes bajo el amparo de la Virgen de la Inmaculada Concepción y el espíritu acogedor del oratorio, legado vivo de Don Bosco. En cada detalle de esta celebración quedó en manifiesto que nuestra misión continúa inspirada en la certeza de que «Ella lo ha hecho todo».

Carlos Villalta Reinoso
Equipo de Comunicación | Unidad Educativa Agronómico Salesiano

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