María Jiménez, voluntaria de España: «Estar en Wasakentsa fue una experiencia preciosa, llena de amor y servicio»
Hace poco más de un mes, desde su natal España, llegó María Jiménez (22) a Ecuador para realizar su segunda experiencia de voluntariado internacional en la misión salesiana de Wasakentsa, ubicada en el corazón de la amazonia. Tras embarcarse en una avioneta y sobrevolar la cordillera del Cutucú, ella llegó con un propósito: compartir los dones que Dios le ha dado con el pueblo achuar.
«No tenía idea donde quedaba Wasakentsa. En un primer momento tuve muchos miedos, muchas preguntas, que no solo eran mías sino también de mi familia y de mis amigos. A pesar de las dudas, estaba segura que quería hacer esta labor de voluntaria y también porque tenía la certeza de que Dios quería que yo vaya ahí», así recuerda María el momento cuando se enteró que iba a viajar a la selva.
¿Cuáles son sus motivaciones para ser voluntaria fuera de su país? Primero, su profundo anhelo de servir desde la fe y, segundo, su interés por conocer otras realidades, otras culturas y entablar nuevas amistades. Eso fue lo que le llevó a integrarse al equipo de Misiones Salesianas para ser voluntaria con ellos y en el 2023 viajó a Lima, Perú, donde colaboró en una casa de acogida. «Fui tan feliz en este lugar que quise repetir la experiencia. Eso fue lo que me llevó a venir este año a Ecuador».
Su vínculo con los salesianos
La historia de María con los Salesianos inicia cuando sus padres toman la decisión de que estudie en un colegio salesiano, tras terminar la educación primaria en un establecimiento público. Allí, afirma, se sintió como en casa desde el primer momento, pues se tenía muy presente la fe como se lo inculcaron en su familia.
Su adaptación a un ambiente salesiano fue rápida porque encontró un clima de familia que la motivó a involucrarse en el grupo de teatro, en los clubes deportivos y luego en el oratorio. Durante tres años fue animadora de un centro juvenil y disfrutaba compartir tiempo con los niños y jóvenes. Una experiencia que influyó mucho en su deseo de servir y acompañar a las personas.
Los aprendizajes de esta experiencia
Tras ser parte de la misión salesiana de Wasakentsa, María no duda en afirmar que la cultura achuar le impactó desde el primer momento y que ese pueblo le dejó una gran lección de amor y sencillez. «Los niños están siempre alegres y siempre están dispuestos a jugar con lo que tengan. A veces pensamos que aquel que no tiene nada es el más infeliz y creo que es todo lo contrario porque son ellos los que más cerca de Dios están. Para mí ha sido una verdadera lección y aprendizaje».
Otra de las experiencias que más disfrutó fue la vida comunitaria, el compartir con los misioneros salesianos a quienes considera como un ejemplo de entrega, amor y servicio. Asimismo, puedo compartir con un grupo de jóvenes voluntarios, con quienes les une el deseo de servir.
«Ha merecido totalmente la pena hacer el voluntariado porque aprendí cómo vivir el servicio desde el amor, toda la sencillez que vive el pueblo achuar y para mí ha significado salir totalmente de mi zona de confort, aunque al principio fue duro el proceso de adaptación, para mí ha sido una experiencia preciosa, llena de amor y servicio», son las palabras que resumen la experiencia de María, cuya sonrisa y energía serán recordadas en su paso por Ecuador.
Sus planes a futuro
En junio de este año, María se graduó de la Universidad y obtuvo sus títulos en Administración y Dirección de Empresas, y también en Relaciones Internacionales. Ahora regresa a su país con el deseo vivo de seguir siendo voluntaria y continuar vinculada a la misión salesiana. Su plan más inmediato es seguir estudiando con la mirada puesta en ayudar a otras personas en el lugar que Dios ponga en su camino.
Oficina Salesiana de Comunicación