Los pequeños dominguinos vivieron una mañana festiva dedicada a Don Bosco
El jueves 15 de agosto, los estudiantes de básica elemental de la UESF Domingo Comín de Guayaquil celebraron la fiesta en honor a nuestro patrono San Juan Bosco. Desde temprano, la emoción y el espíritu salesiano se escuchaba en cada rincón; los pequeños fueron los protagonistas de una mañana repleta de actividades que reflejaron su legado.
La jornada comenzó con la bienvenida de nuestras autoridades, quienes se sumaron con entusiasmo a la celebración. Acompañando a los más pequeños, los estudiantes de tercero de bachillerato, portando disfraces, transmitieron su alegría a través de juegos y dinámicas.
Uno de los momentos más destacados de la mañana fue la recreación de escenas de la esencia de la vida y misión de Juanito Bosco, dejando un mensaje: la importancia de la educación con amor, la fe inquebrantable y la dedicación a los jóvenes, valores que él promovió y que siguen siendo el pilar de nuestra misión educativa.
La música y el baile también fueron parte esencial de la celebración. Los niños, guiados por sus profesores, interpretaron canciones salesianas, como el conocido himno «Salesiano soy», que resonó en toda la institución. Las coreografías, preparadas con esmero, mostraron la dedicación y el entusiasmo con el que los estudiantes se prepararon para este día tan especial. No faltaron los acrósticos en los que los más pequeños expresaron su admiración por Don Bosco y su gratitud por formar parte de una comunidad que sigue sus enseñanzas.
Los padres de familia, siempre comprometidos con la formación integral de sus hijos, también tuvieron un rol protagónico en esta fiesta. Participaron en diversas representaciones, destacando la figura de Don Bosco cirquero, un símbolo de su habilidad para atraer y educar a los jóvenes a través del juego y la alegría. Además, algunos padres leyeron mensajes inspiradores, recordando frases célebres que han quedado grabadas en el corazón de todos los salesianos.
A lo largo de la mañana, los niños portaron con orgullo el sombrero característico de Don Bosco, un detalle que, más allá de su significado simbólico, se convirtió en un elemento que unió a todos los participantes en el espíritu de nuestro patrono. Este pequeño gesto fue una manera de llevar consigo el carisma salesiano y de recordar que, al igual que Don Bosco, cada uno de nosotros puede hacer grandes cosas con fe, amor y dedicación.
Cada actividad, cada sonrisa y cada aplauso fueron un testimonio de que el legado de Don Bosco sigue vivo en nuestros corazones y en nuestra misión diaria. Como comunidad educativa, nos sentimos profundamente agradecidos y orgullosos de seguir sus pasos, quien, a través de su ejemplo, nos enseña a ser faros de esperanza y guías en el camino de nuestros estudiantes.
¡Viva Don Bosco! ¡Viva la alegría y el carisma salesiano que nos une y nos impulsa a seguir educando con el corazón!
Lcda. Dennisse Vizcaino
Departamento de Comunicación y RRPP | Comunidad San Juan Bosco de Guayaquil