Vivir el carisma para poder contagiarlo

La Semana de Pastoral Juvenil Salesiana es una propuesta formativa que permite a sus participantes crecer en identidad carismática a través del estudio y la experiencia. Durante seis días, del 14 al 19 de abril, 47 colaboradores de diversos sectores y ambientes de nuestra Inspectoría convivieron fraternamente y fueron protagonistas de un aprendizaje continuo que los convoca a un renovado compromiso de corresponsabilidad, entre salesianos y laicos, por la misión de Don Bosco en el Ecuador.

Una de las características de esta semana es su metodología experiencial, complementada con una serie de actividades diarias. Para el P. Mauricio Leime, delegado para la Pastoral Juvenil, esta dinámica implica reflexión, estudio del Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil y experiencias significativas que marcan la vida de las personas. En este sentido, afirma: «Buscamos que los participantes se acerquen a una experiencia profunda de Dios, en la calle, en el patio, en los jóvenes, en el oratorio».

Testimonios, diálogo y aprendizaje

Los colaboradores que participan en este proceso provienen de casas y obras salesianas de Costa, Sierra y Amazonía, lo que implica una diversidad cultural y pedagógica en cada uno de los espacios. Además, cada mañana se llevan a cabo una variedad de conferencias formativas con la participación de expertos en diversas temáticas, tanto salesianos como laicos. En esta edición, acompañaron: Daniel Llanos con el tema «El mundo de los jóvenes», P. Wladimir Acosta con «Retos de la Educación hoy», P. Mauricio Leime con «El Dios en el que creo» y P. Luis Timossi con la conferencia «Como Don Bosco».

Mario Zambrano, del Oratorio de la UE San José de Manta, reconoce que cada charla le ha dado una mirada amplia de su labor pastoral, pero destaca especialmente la profundización en la figura de «El Buen Pastor» que da la vida por sus ovejas. Por otro lado, Leonardo Velasco, colaborador de la UE Domingo Savio de Guayaquil, comenta: «He aprendido que no quedarnos en un sitio es muy importante y hay que estar siempre atentos y entender qué pasa a nuestro alrededor con la gente, con los jóvenes».

Experiencias en salida: una forma de vivir el Evangelio

Cada tarde de esta semana es un recordatorio de que el Evangelio no se limita a lo teórico, sino que marca la vida a través del encuentro con el prójimo. Los participantes, organizados por grupos de trabajo, visitan sectores y barrios cercanos con situaciones de vulnerabilidad o necesidades frecuentes en jóvenes y la población en general. Mayra Sarango, colaboradora del Campus Carlos Crespi de la UE Técnico Salesiano de Cuenca, visitó el barrio San Juan donde visitaron familias y acompañaron a adolescentes. Ella comenta: «Conocí una realidad bastante dura de jóvenes con familia, buscando trabajo, con adicciones. Conversé con ellos y es impactante que algunos no tienen expectativa de estudiar o planes a futuro». Sin embargo, con alegría menciona que lograr un espacio de escucha y momentos de oración fue algo significativo tanto para el grupo como para los destinatarios.

Leonardo, por su parte, comparte su experiencia en el mercado de Tumbaco, donde conversaron con la gente y cada una de sus realidades y necesidades tocó sus corazones. Personalmente, esta experiencia lo ha llevado a centrarse mejor en los jóvenes, no solo del colegio, sino de todos los que están a su alrededor.

Llamados a ser «signos de vida»

El jueves por la tarde, el P. Marcelo Farfán, inspector, presidió la eucaristía con los participantes y luego tuvo un espacio fraterno donde capturaron momentos a través de fotografías grupales. En su homilía, el Inspector destacó que estamos invitados a vivir la resurrección del Señor como un signo de vida en medio de una cultura de muerte, haciendo alusión a las injusticias, corrupción e inestabilidad que vive nuestro país.

Además, recordó que ese fue el mensaje de Don Bosco, «él fue un signo de vida para los jóvenes». Finalmente, recalcó el compromiso de los participantes que, en conjunto, estamos llamados a acompañar en el camino de fe de los jóvenes. Afirmó que un salesiano, una salesiana es un educador en la fe.

Asimismo, en la parte final del encuentro se insistió en la importancia de la formación en la misión conjunta. El P. Mauricio indicó lo siguiente: «Don Rúa decía si los jóvenes se escapan en bicicleta, hay que seguirlos en bicicleta» de esta manera, invita a salesianos y laicos a una formación profunda que permita acompañar a los jóvenes en los lugares que se encuentren.  «A vinos nuevos odres nuevos, a jóvenes nuevos, educadores nuevos» mencionó.

Esta es la décima tercera edición de este primer nivel de la SPJS. Con las ediciones pasadas, ya suman 661 participantes que han vivido esta experiencia que los invita al compromiso permanente de contagiar el carisma salesiano de distintas maneras en su localidad.

Marco Padilla
Oficina Salesiana de Comunicación

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