La peregrinación de los Directores Salesianos del Ecuador llegó a uno de sus momentos más significativos con la Eucaristía de canonización de sor María Troncatti, celebrada en la Plaza de San Pedro y presidida por el Papa León XIV, junto a otros seis nuevos santos de la Iglesia.
La ceremonia congregó a miles de fieles provenientes de distintos países y fue un verdadero canto de alabanza por la santidad que florece en medio de la entrega cotidiana y del servicio generoso al Evangelio. Para los salesianos, esta canonización es un motivo de gratitud y profunda reflexión sobre el valor de la vocación misionera, vivida como camino concreto de santidad.
Los Directores Salesianos ecuatorianos vivieron una experiencia espiritual profunda, llena de gratitud y esperanza. La canonización de sor María Troncatti no solo reconoce la santidad de una mujer que entregó su vida en la Amazonía ecuatoriana, sino que honra el testimonio de un vasto bosque de misioneros y misioneras salesianos que, con heroísmo silencioso, han anunciado el Evangelio en tierras difíciles —en lo geográfico, en lo humano y en lo económico—, haciendo presente el amor de Dios allí donde parecía imposible.
Sor María no fue una planta solitaria, sino parte de una obra misionera fecunda que ha sabido dar frutos en medio de la selva, entre los pueblos y en los corazones. Su canonización recuerda que la vocación misionera no es solo hacer, sino ser: es un estilo de vida, una entrega cotidiana que conduce a Dios y que transforma el mundo desde la sencillez del servicio y la alegría del Evangelio.
Para los directores salesianos, participar en esta celebración ha sido una experiencia de renovación interior y compromiso. Han sentido que la santidad es una llamada posible, una invitación a seguir caminando con fe, esperanza y fidelidad, encendiendo nuevas luces en los lugares donde los jóvenes y los pueblos necesitan escuchar la voz de Dios.
Así, esta jornada en el Vaticano se une al itinerario espiritual que comenzó con la visita al Archivo de las Causas de los Santos y continuó con la experiencia en las casas salesianas de Roma. Cada paso de la peregrinación está siendo una oportunidad para redescubrir el valor de la historia, la fuerza de la comunión y el llamado universal a la santidad.
Y aunque ya se han vivido días intensos, el camino continúa. La peregrinación sigue abierta, invitando a cada corazón salesiano a caminar con espíritu misionero, con la mirada puesta en Cristo y el ejemplo luminoso de quienes, como María Troncatti, supieron hacer de su vida una entrega total a Dios y a los jóvenes.
P. Fabián Lozada, SDB
Corresponsal | Peregrinación de la Santidad Misionera Salesiana Ecuatoriana, Italia
P. Robert García, SDB
Fotógrafo | Peregrinación de la Santidad Misionera Salesiana Ecuatoriana, Italia










