Eucaristía de envío marca el inicio del viaje misionero de jóvenes del Agronómico Salesiano hacia la Amazonía ecuatoriana

El jueves 10 de abril, la comunidad educativa del Agronómico Salesiano, campus Uzhupud, se reunió en una emotiva Eucaristía de envío para despedir a un grupo de jóvenes, exalumnos y docentes misioneros que partieron hacia el oriente ecuatoriano. Durante la Misa, celebrada por el P. Franklin Arévalo, los asistentes se unieron en un ambiente de fe y compromiso para bendecir y enviar a los misioneros con un mensaje profundo y transformador.

Durante su homilía, el padre Franklin recordó a los misioneros que no están solos en esta misión. «Hoy no se van solos. Van en nombre de una comunidad que los acompaña, que reza por ustedes. Van con el envío de Jesús, como los discípulos de todos los tiempos. Vayan con los pies listos para caminar, las manos dispuestas a servir y el corazón abierto para amar… y para dejarse amar», expresó con emotividad.

Del 14 al 20 de abril, los jóvenes misioneros llevarán a cabo actividades de acompañamiento y animación en las comunidades de Bomboiza y Yaupi. En estas comunidades, buscarán encontrar a Dios en los más necesitados y sembrar esperanza y amor en cada rincón que visiten.

En su discurso, el padre Franklin invitó a los estudiantes a cambiar su perspectiva: «No vayan pensando solamente en lo que van a dar, sino en todo lo que Dios les quiere dar a ustedes en esta misión. Porque si sus manos están abiertas para ayudar, también deben estar abiertas para recibir».

Entre bendiciones y palabras inspiradoras, el padre Franklin también citó a san Juan Bosco, recordando que «lo importante no es que los jóvenes te amen, sino que se sientan amados por ti». Así, los misioneros fueron enviados con la misión de sembrar esperanza y amor en cada rincón que visiten, mientras descubren nuevas formas de transformar su propio corazón.

Como cierre del evento, la comunidad se unió a la oración de envío, la misma que estuvo cargado de devoción y esperanza. Fue ahí cuando los padres de familia de los jóvenes misioneros expresaron su fe profunda y su convicción de que ayudar al prójimo es también una forma de hacer vida.

El padre Franklin hizo una profunda oración de envío, cargada de devoción y entrega, que expresó el verdadero espíritu de esta misión:

«Señor Jesús, hoy nos envías, como enviaste a tus discípulos, no con muchas cosas, sino con un corazón dispuesto. Sabemos que no vamos solos. Tú vas delante de nosotros, en el rostro de cada niño, en los ojos de cada joven, en el abrazo de cada familia. Enséñanos a hablar con el corazón, a escuchar con atención, a servir con alegría. Que no vayamos creyendo que lo sabemos todo, sino abiertos a aprender de los sencillos, a dejarnos tocar por su fe, a descubrirte en lo pequeño. Danos un corazón como el tuyo: valiente, generoso, alegre. Un corazón que no se canse de amar. Y cuando regresemos, Señor, que no volvamos igual. Que volvamos con más luz, con más humildad, y con más ganas de seguirte cada día».

Rubén Zhunio
Equipo de comunicación | UE Agronómico Salesiano

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