Oratorios LumbiBosco, Maín y Felipe Rinaldi motivan a los destinatarios a vivir el sacramento de la confirmación como signo de esperanza y servicio

El sábado 5 de abril, los jóvenes de confirmación de los Oratorios LumbiBosco, Maín y Felipe Rinaldi vivieron una enriquecedora jornada de convivencia bajo el lema: «La confirmación, signo de esperanza y de servicio».

El objetivo de este encuentro fue profundizar en el compromiso del cristiano confirmado y preparar la carta de petición al Obispo, solicitando ser admitidos al sacramento de la confirmación. La jornada fue acompañada y animada por los animadores de los tres oratorios, quienes guiaron cada uno de los momentos planificados con entusiasmo y dedicación.

La convivencia comenzó con dinámicas de integración que permitieron a los jóvenes conocerse, compartir experiencias y generar un ambiente fraterno. Posteriormente, se vivió un profundo momento de adoración al Santísimo, donde se puso en manos del Señor cada una de las actividades del día, reconociendo su presencia como guía y fuerza para el camino.

El tema central «La Confirmación, signo de esperanza y de servicio», fue animado por Sor Luz América, FMA, quien motivó a los jóvenes a descubrir el servicio como una expresión concreta de la fe cristiana. A través de la reflexión personal y el diálogo, cada participante identificó cómo el servicio se manifiesta en su vida cotidiana y cómo, a través de él, se siembra esperanza en quienes les rodean. El encuentro concluyó con una invitación clara: sembrar y cultivar una actitud de servicio en todo momento y lugar.

Más adelante, los jóvenes dedicaron un tiempo especial para reflexionar sobre la importancia de realizar su petición para recibir el sacramento. Con el acompañamiento cercano de los animadores, redactaron sus cartas dirigidas a Monseñor Alfredo Espinoza, Arzobispo de Quito. En estas cartas, expresaron con sinceridad sus motivaciones, ilusiones, temores y deseos, abriendo el corazón a lo que significa este paso en su camino de fe.

La jornada culminó con una Eucaristía, presidida por el P. Marco Díaz. Durante la celebración, los jóvenes presentaron al altar sus cartas como ofrenda y signo de su compromiso con Cristo. En su homilía, el padre Marco los animó a ser discípulos y misioneros valientes, siendo «sal y luz del mundo», llevando a Cristo a todos los rincones donde se encuentren.

Fue una jornada llena de vida, esperanza y profunda fe. Un paso más en el camino hacia el encuentro con el Espíritu Santo que confirmará en ellos la gracia de su bautismo y los enviará al mundo como testigos del amor de Dios.

Cristian Lita
Referente Local de Comunicación | Comunidad Prenoviciado

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