¡Más que un saludo! Los «Buenos días» que promueven valores humanos y cristianos en la UEFMA

Cada mañana, al llegar a la puerta del colegio, nos hallamos con una rutina breve, pero intensa: la forma de saludar. Este gesto tiene un impacto emocional en nosotros durante el día. Esas primeras palabras, ¡Buenos días!, no son un saludo ordinario, sino una oportunidad para alentar, acompañar y cultivar esperanza en el corazón de cada uno de los alumnos de la Unidad Educativa Fiscomisional María Auxiliadora (UEFMA) de Esmeraldas.

En la institución, el saludo no es un mero protocolo: es una parte fundamental del ambiente familiar y del carisma salesiano. Tal es así que cada jornada representa una oportunidad de sentir que no estamos solos, que nuestras vidas tienen mucha importancia en el entorno de nuestra comunidad, la cual marcha siempre con nosotros, motivándonos a levantarnos con aptitudes positivas que brindan confianza en nosotros mismos y cambian nuestro entorno, así como soñó Don Bosco.

En el entorno estudiantil, al aplicar las buenas prácticas de los valores adquiridos desde nuestros hogares, los «Buenos días» surgen con el propósito de ser concisos, significativos y estimulantes, con la finalidad de ocupar un tiempo reducido en el saludo, pero con impacto significativo en el transcurso de la jornada educativa, ofreciendo además un momento de reflexión que acompaña al estudiante a lo largo del día. No obstante, en la práctica, los valores obtenidos de generación en generación tienden, cada vez más, a perder su esencia.

En nuestra institución se puede observar, día a día, que la mayor parte de los estudiantes no se forman en la mañana o ingresan directamente a las aulas, y en algunas ocasiones, no están presentes. Aquellos que cumplen con las normativas del plantel empiezan a conversar entre ellos, o incluso muestran desinterés en el grupo de personas que interviene en el escenario. Paradójicamente, lo que debería ser una charla de motivación breve, termina convirtiéndose en una espera de más de 10 minutos, donde se mira desorden y cansancio, lo que demuestra el poco interés hacia el mensaje que se quiere transmitir.

Desde una mirada psicológica y educativa, estas actitudes reflejan que aún no se comprende la importancia de los valores positivos que puede ofrecer la jornada estudiantil al escuchar un mensaje breve que, a su vez, repercute en el ánimo y motivación de los estudiantes durante sus horas de aprendizaje académico.

Frente a esta situación, es fundamental que busquemos la manera impulsar los valores y buenas prácticas de los «Buenos días», con el fin mantener las costumbres institucionales y adoptar una postura de respeto para un pequeño momento que puede sembrar valiosos aprendizajes en el corazón.

Don Bosco fue uno de los grandes impulsores de las buenas prácticas de los valores presentes en los «Buenos días»: un simple gesto con la capacidad de transformar el corazón de un joven. El respeto y la apertura nos permiten comprender que no se trata de minutos desperdiciados, sino de semillas que florecen en alegría, responsabilidad y esperanza.

No obstante, para lograr este objetivo, es esencial que todos participen de forma activa y consciente: los alumnos, los profesores y, especialmente, las autoridades. No se trata solo de escuchar pasivamente, sino de asumir con responsabilidad y respeto la importancia de comenzar el día en un entorno reflexivo y armonioso. Los «Buenos días» deben transformarse en un espacio de convivencia donde se aprecie el mensaje que se transmite y se promuevan valores como la puntualidad, la fraternidad y la disciplina, elementos esenciales para una educación integral.

Es vital recuperar la esencia profunda de esta práctica educativa: comprender que no se desperdician minutos, sino que se plantan semillas de compromiso y esperanza, las cuales florecerán en la vida individual y grupal de cada alumno. Siguiendo la enseñanza de Don Bosco, las transformaciones significativas provienen de acciones pequeñas. En este caso, el simple saludo al iniciar la jornada escolar representa una oportunidad para fortalecerse en valores y robustecer el espíritu salesiano. Así, los «Buenos días» no serán simplemente una formalidad vacía; en cambio, se transformarán en la motivación que nos llene de entusiasmo, fe y responsabilidad cada mañana.

Autor: Matías Ismael Basantes Tobar | Miembro investigador del CIRC
Asesor: MSc. Elio Ramirez Rubira | Director y fundador del CIRC

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