Sucúa, tierra de la Beata Sor Troncatti, fue sede del envío de 49 jóvenes al voluntariado
El pasado 11 de agosto, el Templo Parroquial María Auxiliadora en Sucúa fue el escenario de la emotiva eucaristía de envío para 49 jóvenes del Voluntariado Juvenil Misionero de la Familia Salesiana (VJMFS). Presidida por el P. Marcelo Farfán, inspector, la eucaristía marcó el inicio de una misión que promete ser una profunda experiencia de encuentro con Dios a través del servicio a los demás.
El Inspector destacó la significancia del lugar, subrayando que «no son necesarias tantas palabras porque este encuentro dice mucho en sí mismo». Este año se ha querido hacer el envío en Sucúa, donde vivió Sor María Troncatti, beata de la Iglesia cuya canonización se espera próximamente. En esta tierra, Sor Troncatti encontró el camino a la santidad a través de su servicio a la gente, transformando lo ordinario en extraordinario. Además, mencionó una frase de la beata: «Jesús, he dejado todo lo que me era más querido para venir a servirte, para santificar mi alma; ahora solo me quedas tú, pero tú me bastas». Estas palabras recogen la esencia de la misión que los jóvenes emprenden.
Durante su homilía, el padre Marcelo exhortó a los jóvenes a ser «pan para los demás», enfatizando la importancia de permitir que el pan de Cristo entre en sus vidas. Destacó que el voluntariado es mucho más que un simple servicio o tareas; es una oportunidad para encontrarse con Cristo en el servicio a los demás. «El voluntariado quiere ser una experiencia de encontrarse con Cristo en el rostro de aquellos que viven situaciones difíciles», afirmó. Además, les recordó que, como el profeta Elías, enfrentarán dificultades, pero la fortaleza y el ánimo provendrán de Cristo.
La eucaristía fue transmitida por Facebook Live y recibió más de 550 reacciones y 180 comentarios de todas partes del país, con palabras de motivación para los valientes voluntarios y voluntarias. Los jóvenes del VJMFS se prepararon previamente en un encuentro en el Centro Vicarial de Pastoral Río Blanco, del 8 al 11 de agosto, donde recibieron formación en áreas pastorales, salesianas, catequéticas, psicológicas, pedagógicas y espirituales.
En la ceremonia se resaltó la importancia de la formación previa, así como del acompañamiento y la acogida por parte de las casas de la Familia Salesiana: Salesianos de Don Bosco, Hijas de María Auxiliadora, Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, e Hijas del Divino Salvador. Estas comunidades preparan, envían y acogen a los jóvenes, participando activamente en la misión conjunta para ser signos y portadores del amor de Dios.
Marco Padilla
Oficina Salesiana de Comunicación