Monaguillos de la Vicaría Parroquial de Lumbisí renuevan su compromiso en la Fiesta de María Auxiliadora
En el marco de la Fiesta de María Auxiliadora, celebrada el 24 de mayo por los oratorios de la Vicaría Parroquial de Lumbisí, se vivió un momento cargado de fe, simbolismo y alegría salesiana con la participación especial de los monaguillos de la Vicaría, quienes renovaron públicamente su compromiso con el servicio al altar.
Durante la Eucaristía Solemne, seis nuevos monaguillos fueron investidos oficialmente, recibiendo su alba y haciendo su promesa de fidelidad. Además, nueve monaguillos avanzaron a una nueva etapa en su camino formativo, como signo de crecimiento en responsabilidad y perseverancia.
Como parte de los signos significativos de esta celebración, todos los monaguillos recibieron la cruz de los monaguillos, símbolo de su identidad como servidores de Cristo en la liturgia, y también se les entregó las camisetas del Movimiento Juvenil Salesiano, gesto que visibiliza su pertenencia activa a la espiritualidad juvenil salesiana y su deseo de seguir a Jesús al estilo de Don Bosco, con alegría, cercanía y servicio.
La ceremonia fue acompañada con entusiasmo por los padres de familia de los monaguillos, quienes presenciaron este importante paso en la vida de fe de sus hijos, así como por toda la comunidad de los oratorios, que acogió con calidez este momento significativo que animó a todos los presentes a ser servidores del altar y resaltó la importancia de este servicio que prestan en las diferentes capillas de la parroquia.
Procesión y jornada cultural
Desde las 13:30 del 24 de mayo, los oratorios Lumbibosco, Maín y Felipe Rinaldi se reunieron para rendir homenaje a María Auxiliadora. La jornada inició con una procesión que, al ritmo de cantos marianos y rezos, recorrió las calles aledañas al Oratorio Maín. Este peregrinar culminó en el templo de la Casa de Espiritualidad María Auxiliadora, donde se celebró la Eucaristía presidida por el P. Darío Ortiz, párroco de la Vicaría Parroquial de Lumbisí.
Durante su homilía, el padre Darío recordó que María «se pasea por nuestros patios», como decía Don Bosco, y que su presencia en el oratorio no es solo simbólica, sino real y viva, pues acompaña como Madre, Maestra y Auxiliadora el crecimiento de cada niño y joven en el camino hacia Jesús.
Tras la misa, la fiesta se trasladó al patio del Oratorio Maín, donde se vivió un animado programa cultural. Bailes, cantos, batucadas y danzas tradicionales fueron expresión de la creatividad, alegría y carisma de los oratorianos, todo ofrecido en honor a la Virgen.
La jornada concluyó con el mensaje de Sor Luz América, quien animó a todos a abrirle el corazón a María y, como ella, convertirse en «peregrinos de esperanza», caminando al encuentro del otro y de Dios, con alegría, fe y compromiso.
La Fiesta de María Auxiliadora fue, una vez más, un recordatorio de que el oratorio es casa que acoge, parroquia que evangeliza, escuela que educa y patio donde se comparte la vida. En cada canto, en cada sonrisa, en cada oración, resonaba la certeza de que María sigue siendo Auxiliadora de todos, y de modo especial, de los jóvenes.
Cristian Lita
Referente Local de Comunicación | Comunidad Prenoviciado