María de Lourdes Amador: una trayectoria marcada por el amor a Dios y el servicio a quienes más necesitan
En el corazón de la labor salesiana se encuentra el testimonio de una mujer cuya vida se ha convertido en un faro de esperanza y fe. Hoy compartimos con nuestros lectores el testimonio de María de Lourdes Amador, quien participó en el 53° Congreso Eucarístico Internacional 2024, y compartió su trayectoria y vocación, gracias a la invitación que le hizo Monseñor Alfredo Espinoza Mateus, sdb – Arzobispo de Quito.
Su viaje, es una mezcla de devoción y compromiso, que refleja una trayectoria marcada por el amor a Dios y el servicio a quienes más necesitan. Un mujer, influenciada profundamente por sus raíces familiares y su vocación laical como Dama Salesiana.
María de Lourdes, nació en una familia católica numerosa. Creció en un hogar donde el amor a Dios y a los demás era la piedra angular. Con ocho hermanos en total, su familia vivió el sueño de sus padres, quienes deseaban que sus hijos siguieran el camino sacerdotal y religioso. Aunque solo uno de sus hermanos se convirtió en sacerdote salesiano, P. Antonio Amador (+), María de Lourdes agradece a Dios por la libertad de elegir su propio camino para seguirlo.
Desde temprana edad, los valores impartidos por sus padres marcaron una huella indeleble en su vida. «Mis padres no solo nos enseñaron con palabras, sino con su ejemplo de vida», recuerda. En su hogar, el matrimonio era un sacramento vivido y experimentado a diario, con un fuerte énfasis en la importancia de Jesús y el amor a la Iglesia. A través de actos sencillos pero significativos, como la asistencia a misa y el apoyo a los más necesitados, sus padres les transmitieron la esencia de una vida cristiana comprometida.
Las vivencias de su infancia, como las visitas a hospitales, orfelinatos y suburbios; consolidaron en ella, una profunda vocación de servicio. Estos momentos le enseñaron a compartir no solo lo material, sino también su tiempo y cariño, y a ver a cada persona como un hermano en Cristo. «Mis padres nos enseñaron a ser luz y sal, a vivir los valores evangélicos de amor y misericordia», dice con convicción.
Como Dama Salesiana, María de Lourdes ha llevado su herencia familiar de amor y servicio a todos los rincones. Su vocación laical le ha permitido desempeñarse como «Sembradora de Esperanza y Constructora del Reino de Dios». En su trabajo diario, como parte de la Familia Salesiana, encuentra su mayor alegría en el contacto directo con las personas a las que sirve. Ya sea a través de palabras de aliento, una palmadita en la espalda, actos de caridad o simples gestos de empatía, ella se dedica a hacer visible el amor de Dios. «El mejor regalo es compartir la palabra de Dios y ofrecer apoyo en tiempos difíciles», afirma.
Su testimonio de vida es un recordatorio poderoso de que el verdadero regalo no es solo dar, sino entregarse completamente a los demás. En cada acción, en cada encuentro, María de Lourdes continúa sembrando esperanza y transformando vidas, reflejando el amor y la misericordia de Dios en un mundo que necesita tanto de ambos.
Si deseas mirar el testimonio de vida de María de Lourdes durante el congreso, dale clic en el siguiente enlace:
Fernanda Vasco
Oficina Salesiana de Comunicación