Etserin y cantoras achuar: una forma auténtica de servir a Dios y a la comunidad

Desde el inicio de la presencia salesiana junto al pueblo achuar, los primeros misioneros forjaron importantes relaciones con la comunidad en su proceso de evangelización. Fue vital para los salesianos comprender la dinámica de las comunidades achuar: sus roles, funciones y organización. De esta manera, se pudieron establecer oportunidades y campos de acción para llevar a cabo una misión compartida, donde la propia gente fuera protagonista en la animación de la palabra, el acompañamiento de los jóvenes y los sacramentos.

Las cantoras: Voces que oran tres veces

Isabel Kawarim, de la comunidad de Pumpuentsa, es la cantora más longeva del pueblo achuar, con 72 años. Fue la primera achuar bautizada por los salesianos. Isabel recuerda que el P. Luis Casiragi, junto con el P. Luis Bolla, conocido en la localidad como «Yankuam Jintia», la eligieron para ser cantora. «Ellos me eligieron para ser cantora desde joven; ahora mi voz aún sirve y enseño a mis nietas y nietos para que también canten a Dios», menciona.

A lo largo de los años, estas palabras han sido su guía y motivación, transmitiendo su fe a las nuevas generaciones. Isabel recuerda con precisión: «Yankuam me dijo que nunca deje de adorar a Dios, que nunca deje de ser cantora, y que siga cantando para Él».

Las cantoras que participaron en el Encuentro de Jóvenes Líderes Achuar del MJS fueron Isabel Kawarim (Pumpuentsa, 72 años), Auxilia Titia (Karakam, 50 años), Lindaura Chapui (Sapapentsa, 39 años) y Esperanza Antuash (Wampuik, 25 años).

En este contexto, durante el encuentro, dedicó un mensaje especial a las jóvenes: «Cuando se casen, no dejen de adorar a Dios; continúen escuchando su palabra. Yo le prometí al Señor ser cantora, y aunque sea mayor, no dejaré ni dejaré de adorar a Dios con mi canto». Con estas palabras, Isabel refleja su profundo compromiso y su firme deseo de seguir con lo aprendido del padre Yankuam.

Etserin: Animadores de la fe y la palabra

Los Etserin (catequistas) juegan un papel importante en la comunidad mediante la animación de la palabra. Una historia con grandes aprendizajes es la de Gonzalo Sanchim, el catequista más joven de la comunidad, quien proviene de Pumpuentsa y tiene 26 años.

A más de Gonzalo, los Etserin que acompañaron durante al encuentro fueron Felipe Pitiur (26 años, Sapapentsa), Patricio Tsere (59 años, Tsunkintsa) y Pascual Tii, un joven lector en formación (22 años).

Gonzalo recuerda que, en su adolescencia, veía a los Etserin predicando, celebrando la palabra y leyendo la Biblia. Le interesaba observar todo, pero no lo entendía. Sin embargo, en el 2016, durante el primer Encuentro Juvenil del MJS Achuar realizado en Wichimi, cuando estaba en tercer año de bachillerato, tuvo la oportunidad de conocer a fondo el carisma de Don Bosco. «Ahí entendí este camino. Conocí a voluntarios, salesianos, misioneros y laicos que me explicaron», dice.

Un momento importante fue cuando regalaron una Biblia a su familia. Gonzalo la vio en su casa y comenzó a leerla. Con el tiempo, en sus ratos libres, se interesaba más y más en la lectura. «Mientas más leía, me fui enamorando y conociendo a Jesús», cuenta.

Para Gonzalo, ser Etserin significa «animar a la comunidad, para que no pierdan su fe, para que no hagan cosas negativas y para que amen a su prójimo». Asimismo, en conjunto con sus compañeros comenta: «Estamos dando catecismo para que muchos niños y niñas puedan ser bautizados y puedan realizar su primera comunión».

Un camino de fe y esperanza

Frente a estos roles, el P. Agustín Togo, director de la misión salesiana de Wasakentsa, señala: «El rol de los animadores de la Palabra es acompañar y ser referentes para estos jóvenes. Los jóvenes achuar son líderes, pero es importante notar que no caminan solos». Este acompañamiento es crucial para asegurar que estos jóvenes líderes puedan cumplir con su misión, apoyados tanto por la comunidad como por los salesianos.

Las cantoras, por su parte, muestran que el servicio a Dios puede tomar muchas formas, y que el canto es una de las más trascendentales. «Las cantoras son mujeres que quieren servir a Dios. Ellas demuestran que para servir hay muchas formas y caminos; uno de ellos es cantar a Dios», reflexiona el padre Agustín.

El futuro de la presencia salesiana junto a la comunidad achuar es profundamente esperanzador; la misión de Wasakentsa encierra una vasta historia y tantos testimonios con jóvenes como Gonzalo y mujeres como Isabel liderando el camino. Sin embargo, sus sueños van más allá. La aspiración de Gonzalo es que sus sobrinas, sobrinos y su reciente hijo sigan también a Jesús al estilo de Don Bosco.

Por su parte, Isabel anhela ver a sus nietos y nietas seguir sus pasos, no solo como cantoras o Etserin, sino también como religiosos. «Sueño con que haya un sacerdote del pueblo achuar», confiesa esta mujer achuar, reflejando un profundo deseo de ver a su comunidad no solo mantener su fe, sino también fortalecerla desde dentro.

Marco Padilla
Oficina Salesiana de Comunicación

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This field is required.

This field is required.