Llamados por Dios, a dar una mano
Tanto en el barrio ‘Monte Sinaí’ como en el barrio ‘Bastión Popular’ la presencia de los salesianos en Guayaquil, a través del Proyecto Salesiano Ecuador (PSE), permanece junto a la niñez y juventud en situación de vulnerabilidad. Paulatinamente, la propuesta educativo-pastoral se va repensando y extendiendo para brindar también más oportunidades a las familias de los ‘preferidos de Don Bosco’. Si bien, existen zonas marginadas y conflictivas que se conocen a través de los medios de comunicación masiva como espacios de delincuencia, violencia o por la falta de acceso a oportunidades; existen acciones que buscan que el presente de la niñez y juventud (y sus familias) transformen paulatinamente su futuro.
El PSE debe ser un «renovado proyecto al servicio de los destinatarios más vulnerables que sea socialmente profético y vocacionalmente atrayente.»
Ref.: Proyecto al Proyecto Orgánico Inspectorial (POI) 2023 – 2029
Hace 10 años inició el trabajo en el barrio Monte Sinaí, con la propuesta de construir un centro de referencia. Fue el Padre Pierluigi ‘Chicho’ Carletti (actualmente forma parte de la Diócesis de Playas) quien ayudó a gestionar los terrenos, con la idea de estar en los lugares con más pobreza. Desde ahí, hemos ido de la construcción de una iglesia hasta la implementación de talleres artesanales. Es así que hace 2 años inició la atención a las familias de los ‘preferidos’; especialmente a las madres que ahora participan en: panadería, belleza y computación. Fuen en el 2006, cuando la comunidad salesiana asume la gestión parroquial de El Bastión de María y Beato Esteban Sándor en el bloque 5 (Virgen del Carmen) con la misión de ofrecer una propuesta parroquial y social más amplia. Aquí, la animación pastoral está a cargo de la comunidad salesiana; y, la búsqueda de recursos, seguimiento, rendición de cuentas y gestión de los proyectos a través de la Oficina de Proyectos y Desarrollo (OPD) y el PSE. Esta estructura permite tener más respaldo, credibilidad y apoyo de las financiadoras para mantener activas nuestras propuestas educativo-pastorales.
La OPD «contribuye de manera técnica a los procesos de desarrollo de las casas, obras y servicios…»
Ref.: Proyecto Orgánico Inspectorial (POI) 2023 – 2029
Los dos barrios populares son sensibles, debido a las desigualdades estructurales que se representan en el manejo indiscriminado de las tierras y los asentamientos informales que crecen sin una planificación que limita el pleno derecho a la ciudad en cuanto al acceso a: salud, agua, luz, recreación y más. Aquí al menos el 55% de sus habitantes no tienen acceso al empleo, lo que significa que alrededor de 70.000 familias no tienen posibilidades de generar medios de vida como la alimentación, tomando en cuenta que sus habitantes son casi la 5ta. parte de toda la población de Guayaquil. Por lo general, las familias son monoparentales donde el jefe del hogar es mujer, tienen de 3 a 5 hijos, y a eso se añade la callejización de jóvenes cuyas edades oscilan entre los 17 y 25 años.
Por estas razones, aquí los centros de referencia y las parroquias son una especie de ‘oratorios diarios’, donde se brindan refuerzo escolar, alimentación, recreación, deporte y se evita que las condiciones extremas de estos sectores, sean una limitante. Gracias al apoyo de voluntarios, educadores, financiadores, colaboradores y feligreses están propuestas siguen vigentes.
Uno de los financiadores que permite dar una nueva oportunidad a los habitantes de Monte Sinaí es Jugendhilfe Weltweit una financiadora salesiana ubicada en Suiza. Su aporte permite la permanencia educativa y formación integral de 240 niñas, niños y jóvenes (NNA). De ellos, 120 NNA entre los 7 y 16 años tienen necesidades específicas de aprendizaje y asisten al refuerzo escolar y otros 120 NNA que son parte de cursos técnicos participan en los grupos asociativos de ajedrez, baile, fútbol y dibujo. Además, esta propuesta brinda apoyo alimenticio ya que se ejecuta en dos jornadas (matutina y vespertina), donde también participan 132 padres, madres de familia o tutores. Indirectamente se benefician 196 hermanas o hermanos de los NNA que participan en el centro de referencia.
También, el proyecto de Cáritas parroquial está presente en las dos parroquias. Este proyecto se sostiene gracias a las actividades que realizan los diferentes grupos de ambas parroquias, la generosidad mensual de los ‘socios’ e incluso por donativos particulares que llegan desde Cataluña, Andalucía, Barcelona – España. Esta generosidad, permite que cada miércoles, los jóvenes habitantes de calle y migrantes, reciban comida preparada por las señoras voluntarias de las parroquias, quienes se rotan esta atención mensualmente para entregar un total de 85 tarrinas de comida. Los viernes, cada parroquia también se encarga de preparar alimentos para aproximadamente 65 adultos y 200 NNA. También se recibe el apoyo de Almacenes Tía y el Banco de Alimentos que proveen de productos a bajo costo, los cuales se retiran dos veces al mes y son parte de los kits que se entregan a familias en extrema pobreza. Es claro que esto no es suficiente, pero con la divina providencia de Dios, se ha logrado llegar a la mayor parte de hogares necesitados. Estas iniciativas buscan abordar la carencia de oportunidades educativas y laborales, especialmente entre los jóvenes, muchos de los cuales se encuentran en situaciones precarias, lidiando con la drogadicción y la delincuencia.
Existen casos de personas de la tercera edad que se acercan a pedir atención médica o medicinas. Por esta razón, las parroquias son parte de una red de apoyo dentro del mismo sector, y en situaciones como esta se cuenta con la Fundación Mariana de Jesús ubicada en el bloque 3 donde son derivas estas personas. Es importante resaltar que se realizan visitas permanentes para constatar la realidad de las personas beneficiadas. Por ejemplo, en «Bastión» este acompañamiento lo hace Padre Joaquim junto a trabajadores sociales, psicólogos y voluntarios: 35 que colaboran en la catequesis y 5 que cada viernes preparan de los alimentos.
Si bien, no podemos cambiar la inequidad de las condiciones estructurales que se han desarrollado en estas zonas por más de 30 años, tenemos que continuar con nuestra misión y difundir las actividades integrales que realiza la presencia salesiana en estos barrios y sensibilizar para que más bienhechores y financiadores se sumen y permitan abordar las necesidades y contribuir al bienestar sostenible de los ‘Preferidos’ y sus familias. No se puede terminar de la noche a la mañana la pobreza, pero sí cambiar la mentalidad de las madres y padres de familia, para evitar el asistencialismo y para que puedan guiar a sus hijos en la fe. El sueño de Don Bosco está presente en Monte Sinaí y Bastión Popular para permitir a más de 500 ‘preferidos’ acceder a otro plan de vida.
Fernanda Vasco
Oficina Salesiana de Comunicación