Desde el carisma salesiano, cuidar a los que cuidan

En el corazón del Proyecto Salesiano palpita un compromiso inquebrantable por cultivar no solo la mente, sino también el espíritu de quienes forman parte de su comunidad educativa. Esta vocación se hizo especialmente evidente durante la reunión de formación para vivir la Semana Santa, dirigida por el P. Marcelo Tigrero, exmiembro de la Comunidad Casa Don Rúa, quien, con cariño y dedicación, compartió un espacio de reflexión y crecimiento. Este encuentro subrayó la importancia de cuidar a quienes dedican su vida a cuidar y formar a otros, enfatizando la necesidad de una formación continua, la escucha activa y el apoyo comunitario.

La sesión comenzó explorando cómo cada participante vive la Semana Santa, introduciendo una reflexión personal y colectiva sobre el significado de la educación en la fe. A través de historias y testimonios, se abordó la figura de Jesús como pilar fundamental en la vida, subrayando cómo su enseñanza y sacrificio se convierten en fuente de esperanza y guía para alcanzar los objetivos personales y comunitarios.

La discusión se profundizó al abordar el significado de la Semana Santa, destacando su valor no solo como recuerdo histórico, sino como una experiencia viva y presente que invita a hacer memoria activa de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Esta perspectiva conduce a una comprensión más profunda de los rituales y tradiciones, como el Triduo Pascual, que nos recuerdan el amor incondicional de Dios y el llamado al servicio y a la comunidad.

La formación abarcó también la importancia del cuidado de los educadores, reconociendo los desafíos que enfrentan y la necesidad de crear ambientes sanos que fomenten la comunicación y el apoyo mutuo. Esta atención al bienestar del educador es fundamental para que puedan, a su vez, brindar una guía efectiva y compasiva a los jóvenes a su cargo.

El enfoque creativo en la educación salesiana es otro punto clave, destacando la importancia de la observación, la experiencia personal y la capacidad de respuesta a las necesidades del entorno para desarrollar propuestas educativas innovadoras y efectivas. Este enfoque creativo no solo enriquece el proceso de aprendizaje, sino que también prepara a los beneficiarios para enfrentar con confianza los retos del futuro.

La reunión de formación para vivir la Semana Santa destacó la esencia de la misión salesiana: sembrar esperanza a través de una educación que abraza tanto la mente como el corazón. Al cuidar y formar a los educadores, el Proyecto Salesiano asegura que puedan continuar su labor vital de guiar a los jóvenes hacia un futuro lleno de fe, esperanza y amor. Este compromiso renovado con la formación es un testimonio vivo del legado de Don Bosco, que sigue inspirando a generaciones de educadores y jóvenes en su camino de crecimiento espiritual y humano.

El carisma salesiano, profundamente arraigado en el amor y el servicio, se extiende más allá de la educación y formación de los niños, niñas, jóvenes y sus familias, abrazando también el cuidado de quienes están al frente de esta misión transformadora. Este enfoque holístico enfatiza la importancia de la escucha activa, el apoyo mutuo y la formación continua, permitiendo así que los educadores se sientan valorados, comprendidos y revitalizados en su vocación. En última instancia, el carisma salesiano aboga por una cadena de cuidado que se retroalimenta, donde cuidar de quienes cuidan refuerza el corazón mismo de su misión educativa, creando un entorno donde tanto educadores como jóvenes pueden florecer.

Camila Cárdenas

Responsable de Comunicación PSE – ZN

Fecha: 2024-02-19

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