Si tienes que elegir entre manejar a alguien que cree que todo lo que dice es correcto, o manejarte a ti mismo respecto a lo que dices y haces, ¿qué elegirías?
Normalmente, una persona que está en su zona de confort diría: «prefiero manejarme a mí mismo»; en cambio, una que le gusta enfrentarse a retos y sentir la adrenalina elegiría manejar al ser opuesto.
Pero, desde el momento que hice la pregunta, la mayoría llegaría a pensar que se iría por la opción de automanejo. Por naturaleza, el ser humano se inclina por lo que cree que sería fácil si lo llegase a realizar, pero no piensa ya poniéndolo en práctica. Es por esto que da una respuesta, pero no llega a esa capacidad de analizar desde distintos puntos que tienen límite 0 a la primera percepción.
A lo largo de la vida, vivimos diferentes etapas y puedo asegurar que he sentido cada una de ellas de la manera más palpable posible.
Académicamente, todos los días se sienten como un reto; no hay necesidad de autoexigencia voluntaria porque el sistema te obliga a efectuarlo. Desde este ámbito, en nuestras vidas nos vamos fortaleciendo, pero nadie nos dice que es la manera más difícil con la que aprendemos a hacernos fuertes, resistentes, perseverantes y todo lo que es esencial para sostener la vida.
Socialmente, cada persona tiene una manera distinta de ver el mundo y es complejo vivir con opiniones subjetivas de cada una, no porque queramos, sino por imposición. No estamos exentos de escuchar, porque tenemos oídos, pero sí tenemos el poder de decidir cómo nos tomamos aquello.
En la vida, todos debemos aprender a tomar decisiones y eso conlleva pensar, decidir, buscar, optimizar y contar con un pilar fundamental: el apoyo.
El aprendizaje en el Club de Investigación y Redacción Científica (CIRC), de la Unidad Educativa María Auxiliadora de Esmeraldas, trasciende las paredes del aula y se convierte en un puente hacia nuestra comunidad esmeraldeña; aquí no solo investigamos por cumplir con un requisito académico, sino porque sentimos la responsabilidad de entender y transformar la realidad que nos rodea. Esmeraldas, con sus fortalezas y sus luchas, se convierte en el escenario principal de nuestros proyectos.
El CIRC nos ha enseñado que el verdadero conocimiento no se guarda, se comparte. Bajo la guía salesiana, hemos llevado nuestros aprendizajes a espacios comunitarios, compartiendo con niños, jóvenes y adultos ese mismo espíritu de curiosidad y superación que tanto nos fortalece; porque, como bien dice Don Bosco: «No basta saber, es necesario también aplicar; no basta querer, es preciso también actuar».
Así, el CIRC se convierte en un espacio donde la ciencia y la solidaridad se encuentran; donde los jóvenes no solo soñamos con un mejor futuro para Esmeraldas, sino que trabajamos, escribimos y nos preparamos para construirlo juntos.
En este espacio no solo analizamos investigaciones ni pasamos resolviendo acertijos científicos, también compartimos puntos de vista y conversamos sobre las realidades diarias. Desde las bases cristianas, fomentamos la creatividad, la enseñanza y la perseverancia, no solo personal sino también común.
Don Bosco dijo: «Dios nos puso en el mundo para los demás» y desde esa perspectiva trabajamos siendo el apoyo de uno para el otro; estando conscientes que para llegar al éxito se necesita de estos pilares.
El CIRC brinda el apoyo que cualquier persona necesita para tomar una decisión; sin importar cuanto miedo sientas o cuantas dudas tengas, te motiva a querer llegar más allá, y no solo desde cimientos personales; el compañerismo de todos los integrantes y profesionalismo del MSc. Elio Ramírez, director y fundador del CIRC, hacen que el impulso al crecimiento sea más grande y conciso.
Los jóvenes necesitamos ser escuchados. Don Bosco expresó: «No basta amar a los jóvenes, hay que hacer que ellos se den cuenta de que son amados». Mediante artículos elaborados en el CIRC, logramos transmitir lo que sentimos, nuestras opiniones y a la vez lo que queremos que los demás conozcan.
Como club, no solo cumplimos con el deber salesiano, sino también los anhelos de Don Bosco. El conocimiento se enlaza con la empatía, trabajo en equipo y el sentir cristiano.
Formar parte del CIRC fue una decisión, pero realmente es una oportunidad; perdí el miedo a arriesgarme, perdí el miedo al sentimiento de fracaso y perdí el miedo a ser yo misma.
Hoy, puedo recalcar que la vida no solo se trata de «vivirla como podamos porque al final la muerte nos está esperando»; sino se relaciona con crecer y florecer en lo que realmente es importante. No solo basta con ver desde una perspectiva, debemos estar preparados a considerar varias ideas, aunque a veces nos pueda detener el egoísmo y rechazo externo.
Autor: Jahilyn Tahina Angulo Zatizabal – miembro investigador del CIRC
Asesor: MSc. Elio Ramírez Rubira – director y fundador del CIRC




