Hace exactamente cien años, la ciudad de Macas fue testigo de un hecho que marcó profundamente la historia y la fe de su pueblo: la misteriosa iluminación del cuadro de la Purísima. Según los relatos, aquel resplandor inexplicable llenó de asombro y devoción a los fieles, fortaleciendo la creencia en la presencia protectora de la Virgen María sobre esta tierra amazónica. Desde entonces, la Purísima de Macas se ha convertido en un símbolo de esperanza y unidad para toda la provincia.
En el marco de esta conmemoración centenaria, la Comunidad Salesiana de Macas se unió con entusiasmo al pregón festivo que dio inicio a las celebraciones. Los niños de Inicial II, Preparatoria y Segundo de Básica de la Unidad Educativa Fiscomisional «Don Bosco» participaron con alegría y fervor, llevando sus sonrisas y coloridos atuendos por las calles de la ciudad, en un gesto que unió la inocencia de la infancia con la tradición de un pueblo profundamente mariano.
El desfile fue un testimonio vivo de fe y cultura, donde cada paso de los más pequeños evocó el amor y la gratitud hacia la Purísima. Docentes, padres de familia y autoridades educativas acompañaron el recorrido, fortaleciendo el sentido de comunidad y reafirmando el compromiso de educar en la fe, la alegría y el servicio.
Con esta participación, la Familia Salesiana de Macas se suma al júbilo de todo un pueblo que celebra cien años de aquel milagro luminoso. Hoy, como ayer, seguimos caminando con María, convencidos de que su luz sigue guiando los pasos de nuestras nuevas generaciones.

Gerardo Ubertín
Referente Local de Comunidad | Comunidad de Macas




