P. Carlos Crespi regresa a su casa María Auxiliadora: proceso de la Causa de Beatificación y Canonización del Venerable
Con espíritu de oración y esperanza eclesial, del 9 al 14 y del 20 al 23 de julio de 2025, se llevaron a cabo la exhumación, el traslado, el reconocimiento canónico y el tratamiento conservativo de los restos mortales del Venerable Padre Carlos Crespi Croci, sacerdote salesiano, en el Santuario de María Auxiliadora de Cuenca, lugar donde descansarán de manera definitiva.
Estos actos forman parte del proceso de la Causa de Beatificación y Canonización del Venerable, a quien el Dicasterio para la Causa de los Santos concedió el «Nihil Obstat» el 24 de noviembre de 2024, autorizando así la realización de este paso tan significativo para la Iglesia ecuatoriana y para toda la Familia Salesiana.
Con este propósito, el Postulador General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, P. Pierluigi Cameroni, SDB, y el Diácono Luciano Griggio, técnico conservador llegaron desde Roma para acompañar y supervisar todo el proceso.
El 9 de julio, en el Cementerio Patrimonial de Cuenca, se realizó la exhumación del ataúd del P. Crespi, en presencia del tribunal eclesiástico designado por Mons. Marcos Aurelio Pérez Caicedo, arzobispo de Cuenca. También estuvieron presentes, el P. Marcelo Farfán, Inspector Salesiano y su consejo, miembros de la Comisión Pro Beatificación así como representantes de las comunidades salesianas de Cuenca. Sus restos fueron trasladados con solemnidad al Santuario María Auxiliadora, donde ahora reposan.


El día 10 de julio se dio inicio formal al proceso de reconocimiento canónico y tratamiento conservativo, con el juramento solemne del tribunal eclesiástico, conformado por Mons. Fernando Ortega (delegado episcopal), el P. Luciano Bellini, SDB (promotor de justicia), el P. Joffre Astudillo (notario), el Dr. Galo Duque Proaño (perito médico), el Diác. Luciano Griggio (técnico conservador) y los sacerdotes salesianos P. Juan Cárdenas, P. Ángel Lazo, P. Ángel Morocho y P. José Bolívar Jiménez.
En la apertura del acto, Mons. Marcos Pérez expresó con emoción: “Este es un hecho histórico que marca la vida de la Iglesia de nuestro país. Hoy hacemos el reconocimiento de los restos mortales de un sacerdote que vivió y trabajó en nuestra ciudad, un sacerdote con un corazón universal, muy ecuatoriano, muy nuestro. El pueblo, desde su muerte, lo venera y lo trata como un santo”.
El P. Pierluigi Cameroni, Postulador de la Causa, añadió: “Estamos frente a un verdadero acontecimiento eclesial. La causa del P. Crespi no pertenece solo a los salesianos, sino a toda la Iglesia. Es un camino de santidad vivido con sencillez, en medio del pueblo y de los más pobres. Que este año jubilar, en el que celebramos los 150 años de la primera expedición misionera de Don Bosco, nos impulse a caminar con fe hacia la santidad”.
Por su parte, el P. Marcelo Farfán, SDB, Inspector Provincial del Ecuador, agradeció a todos los presentes y resaltó: “La vocación salesiana y misionera está llena de un camino de santidad, como don de Dios presente en medio de nosotros”.
La secretaria de la Comisión, Angélica Almeida, ha registrado fielmente todo el proceso, elaborando las actas y documentos conforme a las exigencias canónicas, testimoniando con ello la seriedad y espiritualidad del acontecimiento. El día 23 de julio se celebró la sesión de clausura del proceso, presidida por Mons. Marcos Aurelio Pérez, junto al tribunal eclesiástico y a los miembros de la Comisión Pro Beatificación. Luego de la lectura y firma del acta oficial, los restos mortales del Venerable P. Carlos Crespi fueron cuidadosamente colocados en un ataúd debidamente preparado. Este será depositado, en los próximos días, en una nueva urna, en la capilla construida especialmente en su honor dentro del Santuario María Auxiliadora, signo visible de la devoción y memoria viva del pueblo de Dios.
Fueron días de oración, trabajo intenso y profundo recogimiento. Días que han renovado el espíritu misionero de la Familia Salesiana en Ecuador y han confirmado que la santidad se vive también en lo cotidiano, en la entrega silenciosa y perseverante, como lo hizo el Venerable P. Carlos Crespi, testigo del amor de Dios entre los más pobres.
Que este acontecimiento nos anime a todos a continuar pidiendo su intercesión y orar con fe por su pronta beatificación.


Angélica Almeida
Archivo Histórico Salesiano