Don Sandro Gavinelli, SDB (+): un sembrador de esperanza entre los más pobres
Con profunda gratitud y esperanza, la Familia Salesiana del Ecuador despidió al hermano Sandro Gavinelli, Salesiano Coadjutor de origen italiano que entregó su vida entera al servicio de la juventud más necesitada en nuestro país.
Desde su llegada al Ecuador, el 1 de noviembre de 1967, Sandro se enamoró de esta tierra. Su primer destino fue la ciudad de Cuenca, donde fortaleció el Colegio Técnico Salesiano y promovió actividades que marcaron a generaciones, como el emblemático grupo de índor fútbol. En 1970, junto a su hermano Valeriano Gavinelli (+), fundó el Tecni Club que adoptó los colores rojo y negro del Milan de Italia. Su presencia fue un verdadero impulso para la educación técnica, el deporte y el espíritu salesiano.
A lo largo de su vida pastoral y educativa, Sandro dedicó su misión casi exclusivamente a los niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza y riesgo. En Guayaquil, colaboró en la construcción de un colegio técnico junto al Estero Salado, impulsando talleres de mecánica y electrónica que ofrecían a los jóvenes oportunidades reales para un futuro digno.
En Esmeraldas soñaba con que cada joven pudiera estudiar y aprender un oficio. Junto al P. Jaime Calero, fundó un centro juvenil en el valle de San Rafael, donde los adolescentes encontraban un espacio para jugar, formarse, compartir y recibir ese afecto que caracteriza la pedagogía de Don Bosco.
Su compromiso con la misión salesiana hizo que vuelva a Esmeraldas en 2010, esta vez para acompañar la creación de una obra en un barrio popular, apostando por la formación profesional como herramienta de transformación social.
En sus últimos años formó parte de la Comunidad Don Rúa donde acompañó con dedicación el funcionamiento del Taller-Escuela San Patricio (TESPA) del Proyecto Salesiano Ecuador. Fiel a su vocación hasta el final, Sandro mantuvo su preocupación constante por los chicos y chicas de la calle, aquellos que más necesitaban una mano amiga y una oportunidad para comenzar de nuevo.
Sandro Gavinelli nos deja una profunda huella: su buen humor, su palabra sabia, su vida sencilla y su espiritualidad auténtica. Estas cualidades fueron y seguirán siendo luz para quienes compartieron el camino con él.
Agradecemos su testimonio de entrega, su fidelidad al carisma de Don Bosco y su amor inmenso por los jóvenes. Su legado permanecerá vivo en cada taller, en cada obra, en cada joven que pudo soñar gracias a su apoyo.
Que María Auxiliadora lo reciba en el paraíso, y que su ejemplo siga inspirando en nuestras comunidades a educar con amor, a servir con alegría y a nunca abandonar a quienes más nos necesitan.
Gracias, querido hermano Sandro. Hasta siempre.
Natalia Gavilanes
Referente Local de Comunicación | Proyecto Salesiano Ecuador Zona Norte