Los Rectores Mayores a lo largo de la historia y su aporte al sueño de Don Bosco

Los Rectores Mayores han desempeñado un rol fundamental en el crecimiento y en el desarrollo de la Congregación. Cada uno de ellos ha aportado su propia contribución única, afrontando los desafíos de su tiempo y manteniendo vivo el carisma de San Juan Bosco. Su herencia continúa inspirando a las generaciones futuras de salesianos y jóvenes en todo el mundo, garantizando que la misión educativa de Don Bosco permanezca relevante y vital en el contexto contemporáneo. A continuación, conoce el legado de cada uno de ellos:

Beato Miguel Rúa (1888-1910)

– Actuó como «regla viviente» del Sistema Preventivo, manteniendo íntegro el espíritu educativo de Don Bosco a través de la formación, la catequesis y la dirección espiritual;

– Dirigió la Congregación en crecimiento exponencial, gestionando cientos de casas y miles de religiosos;

– Bajo su guía, los Salesianos pasaron de 773 a 4.000 miembros, y las casas de 64 a 341, extendiéndose en 30 naciones.

Don Paolo Albera (1910-1921)

– Afrontó los desafíos de la Primera Guerra Mundial, con salesianos movilizados (más de 2.000 llamados a las armas, 80 de ellos muertos en guerra) y casas transformadas en hospitales o cuarteles, manteniendo la cohesión en la Congregación.

– Abrió nuevas fronteras en África, Asia y América, enviando 501 misioneros en nueve expediciones ad gentes y fundando obras en Congo, China e India.

Beato Felipe Rinaldi (1922-1931)

– Envió a más de 1.800 salesianos a todo el mundo; abrió nuevas fronteras en África, Asia y América;

– Instituyó la asociación de los Exalumnos y el primer Instituto secular salesiano (Voluntarias de Don Bosco).

– Durante su rectorado, los miembros pasaron de 4.788 a 8.836 y las casas de 404 a 644, evidenciando su capacidad organizativa y su celo misionero.

Don Pietro Ricaldone (1932-1951)

– Potenció las casas salesianas y los centros de formación, fundó la Universidad Pontificia Salesiana (1940) y cuidó la canonización de Don Bosco (1934) y Madre Mazzarello (1951);

– Afrontó la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) que causó que muchos salesianos fueron deportados o privados de la libertad. Durante este periodo abrió las estructuras salesianas a desplazados, judíos y partisanos, mediando para la liberación de prisioneros y protegiendo a quien estaba en peligro.

Don Renato Ziggiotti (1952-1965)

– Durante su mandato, los Salesianos pasaron de 16.900 a más de 22.000 miembros, con 73 inspectorías y casi 1.400 casas en todo el mundo;

– Promovió la construcción de la Basílica de San Juan Bosco en Roma y del santuario sobre el Colle dei Becchi (Colle Don Bosco);

– Cumplió una empresa sin precedentes: visitó casi todas las casas salesianas e Hijas de María Auxiliadora, dialogando con miles de cofrades, a pesar de las dificultades logísticas.

Don Luigi Ricceri (1965-1977)

– Adaptación post-conciliar: guio la Congregación en la actuación de las indicaciones del Concilio Vaticano II, promoviendo el Capítulo General Especial (1966) para la renovación de las Constituciones y la formación permanente de los salesianos;

– Potenció el rol de los Cooperadores y de los Exalumnos, reforzando la colaboración entre las diversas ramas de la Familia salesiana.

Don Egidio Viganò (1977-1995)

– Profundamente ligado a la cultura latinoamericana (donde transcurrió 32 años), amplió la presencia salesiana en el continente, con un foco en justicia social y diálogo intercultural;

– Su dedicación a la investigación científica y al diálogo interdisciplinar lo llevó a ser considerado el «segundo fundador» de la Universidad Pontificia Salesiana;

– Bajo su guía, la Congregación inició el «Proyecto África», expandiendo la presencia salesiana en el continente africano que dio muchos frutos.

Don Juan Edmundo Vecchi (1996-2002)

– Fue el primer Rector Mayor no italiano: hijo de inmigrantes italianos en Argentina, representó un cambio generacional y geográfico en la guía de la Congregación, abriendo a una perspectiva más global;

– Promovió la formación permanente de los salesianos, subrayando la importancia de la espiritualidad y de la preparación profesional para responder a las exigencias de los jóvenes;

– Promovió una renovada atención a la educación de los jóvenes, enfatizando la importancia de la formación integral y del acompañamiento personal.

Don Pascual Chávez Villanueva (2002-2014)

– Promovió la renovada atención a la comunidad salesiana como sujeto evangelizador, con prioridad a la formación espiritual y a la inculturación del carisma en los contextos regionales;

– Relanzó el compromiso hacia los jóvenes más vulnerables, heredando el enfoque de Don Bosco, con particular atención a los oratorios de frontera y a las periferias sociales;

– Promovió una mayor colaboración con los laicos, animando la corresponsabilidad en la misión salesiana y afrontando las resistencias internas.

Don Ángel Fernández Artime (2014-2024)

– Guio la Congregación con un enfoque inclusivo, visitando 120 países y promoviendo la adaptación del carisma salesiano a las diversas realidades culturales, manteniendo firme el vínculo con las raíces de Don Bosco;

– Afrontó los desafíos de la globalización y de las transformaciones eclesiales, promoviendo la colaboración entre centros de estudio y renovando los instrumentos de gobierno de la Congregación;

– Promovió una mayor colaboración con los laicos, animando la corresponsabilidad en la misión educativa y pastoral.

El inicio del caminar de Don Fabio Attard

El 25 de marzo comenzó la misión educativo-pastoral de Don Fabio Attard como el XI sucesor de Don Bosco. A sus 66 años y con 45 de vida salesiana, es el primer maltés en ser Rector Mayor y el primero elegido fuera del Capítulo General. Su elección se debe a su amplia experiencia, que abarca la investigación teológica, la organización, la visión estratégica y el espíritu misionero.

Sirvió 12 años como Consejero para la Pastoral Juvenil y, posteriormente, continuó su labor con humildad, asumiendo responsabilidades clave como Responsable de la Formación para Salesianos y Laicos en Europa y Visitador Extraordinario en nombre del Rector Mayor. Su trayectoria refleja un compromiso inquebrantable con la misión salesiana y un liderazgo que ha trascendido fronteras, manteniendo siempre la esencia del carisma de Don Bosco.

Oficina Salesiana de Comunicación

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