Docentes del área de Educación Cultural y Artística de la Unidad Educativa Salesiana Domingo Comín participaron de la peregrinación al Vaticano, fruto de un año de preparación espiritual y musical. Esta vivencia puso a prueba su fe, compromiso y vocación como educadores, consolidando además su misión evangelizadora a través de la música.

Previo al viaje, los docentes trabajaron un repertorio amplio y exigente que incluyó la interpretación de piezas en distintos idiomas y la preparación de obras representativas de diversas culturas, asumiendo de manera especial el reto de la música de tradición italiana. Este trabajo demandó constancia, disciplina y un esfuerzo conjunto para ensamblar voces y talentos en un solo cuerpo musical.

La llegada al Vaticano marcó uno de los momentos más significativos de la experiencia. El ingreso a este espacio sagrado permitió un encuentro directo con la historia viva del cristianismo, reflejada en sus símbolos, templos y expresiones artísticas. La presencia de fieles de diferentes países y culturas reafirmó el carácter universal de la Iglesia y fortaleció el sentido de comunidad y fe compartida.

La participación musical de los docentes en celebraciones litúrgicas realizadas en el Vaticano estuvo marcada por la emoción y la responsabilidad de asumir una oportunidad única. A pesar de las dificultades enfrentadas durante el proceso, los docentes cumplieron con el compromiso adquirido, ofreciendo su talento musical al servicio de la fe.

El itinerario incluyó la visita a lugares emblemáticos como la Basílica de San Pedro, las criptas papales y otros espacios de alto valor histórico y religioso. La experiencia se enriqueció con la participación en misas celebradas en otros idiomas, acompañadas por el sonido del órgano interpretado por músicos expertos, lo que permitió vivir la liturgia desde una perspectiva distinta y profundamente significativa.

La acogida por parte de los feligreses del Vaticano fue positiva y emotiva. Las interpretaciones musicales, entre ellas la obra Dios de amores, fueron valoradas por los asistentes, confirmando que la música une culturas y transmite el mensaje del Evangelio.

Además de la dimensión espiritual, la peregrinación permitió conocer aspectos de la vida cotidiana en Roma, enfrentar condiciones climáticas distintas y adaptarse a una alimentación sencilla, experiencias que fortalecieron la convivencia y los lazos de fraternidad entre los docentes.

Esta experiencia, marcada por el esfuerzo, la preparación y la vivencia espiritual, proyecta el sentido universal de la misión salesiana y refuerza el papel de la música como herramienta de encuentro, evangelización y servicio.

Isamar Anchundia en colaboración con el docente de ECA Miguel Villón
Comunicación | Comunidad Salesiana San Juan Bosco de Guayaquil