El Envío de Voluntarios es el sueño misionero de Don Bosco, aquel donde quería ver a jóvenes valientes, como protagonistas y actores de una sociedad más justa y solidaria. El domingo 18 de agosto, en la Parroquia María Auxiliadora de Quito, 41 jóvenes fueron enviados a diversas comunidades religiosas de la Familia Salesiana para compartir su vida y poner sus dones al servicio de otros jóvenes, especialmente junto aquellos en situaciones de riesgo y vulnerabilidad.
La Eucaristía de Envío fue presidida por el P. Marcelo Farfán, SDB, inspector, junto a hermanos de distintas comunidades que llegaron para acompañar a los jóvenes. En su homilía, el padre Marcelo recordó que no es fácil ser cristiano en la sociedad actual, pero la decisión valiente de estos jóvenes refleja el mismo fuego interior que ardía en Jesús: la pasión por el Reino de Dios para anunciar la palabra, para curar a los enfermos, para dar vista a los ciegos. Además, les invitó a alimentar ese fuego con dedicación, compromiso y testimonio, recordándoles que la verdadera felicidad es aquella que transforma el mundo.
Posteriormente, los voluntarios, acompañados de sus familias, recibieron la cruz del voluntariado y conocieron la casa misionera que los acogerá durante un año. Así, los 41 jóvenes fueron enviados a las comunidades de los Salesianos de Don Bosco, de las Hijas de María Auxiliadora, Hijas de los Sagrados Corazones, Hijas del Divino Salvador, Hermanas del Buen Pastor y de las Hermanas Lauritas.
Gracias a la transmisión en vivo desde Salesianos Ecuador junto a los jóvenes de ‘El Gris, la radio’, fue posible conocer el sentir de familiares, amigos y salesianos que acompañaron a los voluntarios durante su camino formativo. Para Maribel Hurtado, madre de la joven Mayra Merchán, este momento es el fruto de un recorrido de muchos años, en el que ha visto a su hija crecer y participar en los grupos misioneros, e involucrarse en actividades catequéticas de su colegio.
Por su parte, el P. Marcos Martínez, durante su entrevista, recordó que hace 20 años fue enviado como voluntario a la Misión Salesiana de Sevilla Don Bosco. Subrayó que esta experiencia transforma tanto en lo humano como en lo espiritual, reafirmando los valores salesianos para dar la vida al servicio de otros. Además, destacó la importancia de las familias, las cuales, con su apoyo, confianza y oración, fortalecen el camino de los voluntarios.
El último invitado fue Fredy Ordóñez, exvoluntario, quien compartió que su experiencia en la Misión Salesiana de Wasakentsa le ayudó a descubrir su vocación y profesión como docente. Allí, junto a jóvenes achuar, conoció más de su cultura, se conectó con la naturaleza y sintió de manera profunda la presencia de Dios.
En un ambiente de mucha algarabía concluyó uno de los momentos más significativos del año para la Inspectoría Salesiana: un envío que renueva la esperanza y confirma que los sueños de Don Bosco siguen vivos en la entrega generosa de los jóvenes.
Fotos del envío: https://tinyurl.com/EnvioVoluntariosago2025
Fernanda Vasco
Oficina Salesiana de Comunicación
